Fundación Unicaja ayudará a las Hermanitas de los Pobres a afrontar los gastos derivados de la reforma y mantenimiento del asilo de Málaga, un edificio, levantado en el siglo XIX, en el que residen y son atendidos actualmente más de medio centenar de ancianos.
El acuerdo ha sido ratificado durante una visita al inmueble en la que ha participado Ana Cabrera, responsable de Solidaridad Social y Educación de la Fundación Unicaja, quien ha podido comprobar de primera mano las necesidades del complejo residencial, así como las mejoras aplicadas en los últimos meses.
La nueva fase de la reforma consiste en la renovación de la pintura del edificio. La colaboración de la Fundación Unicaja con las Hermanitas de Pobres se remonta a 2015 y ha incluido en varias ocasiones actuaciones relacionadas con la conservación del asilo, un inmueble, que presenta continuas necesidades de mejora, dadas las dimensiones de la construcción y la cantidad y exigencia de los servicios que se prestan a diario a los mayores.
La ayuda a las Hermanitas de las Pobres forma parte de la estrategia de solidaridad de la Fundación Unicaja, que abarca tanto proyectos y recursos propios como colaboraciones con organizaciones que trabajan para corregir la desigualdad y atender a personas sin recursos.
A principios de este año, la orden asistencial hizo un llamamiento a través de los medios de comunicación advirtiendo de sus carencias y demandando tanto ayuda económica como alimentos y productos de limpieza. La reforma del edificio, a la que ha respondido la Fundación Unicaja, figuraba entre las necesidades específicas más urgentes.
Actividades e inmueble
El asilo de las Hermanitas Pobres, situado en la calle Héroe de Sostoa, a pocos metros de la estación de tren de Málaga, proporciona una atención integral a ancianos desprovistos de medios económicos o procedentes de familias que no pueden hacerse cargo de su situación.
La orden brinda una asistencia permanente e individualizada que, además de la comida y la residencia, incluye, entre otros, servicios médicos, fisioterapia y terapia ocupacional.
El edificio en el que se emplaza el asilo fue construido en 1868 por el arquitecto Diego Clavero Zafra y alberga en su interior una capilla central construida originalmente como panteón de la familia Larios.