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Desarrollan una técnica de recuperación de tierras y aguas contaminadas basada en el empleo de microorganismos del propio suelo

Investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología y de la Universidad de Sevilla han creado una estrategia que elimina una sustancia tóxica usada con frecuencia como plaguicida en agricultura. Los expertos han conseguido la limpieza completa en seis meses tras la aplicación del método propuesto, lo que lo convierte en un remedio rápido y eficaz para terrenos expuestos a estos herbicidas. 

Investigadores del Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología y el departamento de Microbiología y Parasitología de la Universidad de Sevilla han desarrollado un producto a partir de un conjunto de microorganismos del propio suelo que permite la eliminación de diurón en menos de seis meses. Este herbicida, aunque ya prohibido, ha sido muy utilizado en cultivos y es responsable de la contaminación de terrenos en la actualidad. 

La nueva fórmula está basada en los llamados consorcios bacterianos degradadores,que son asociaciones de dos o más especies de microorganismos que actúan como una comunidad.  Previamente aislados de los diferentes suelos agrícolas, no solo los han caracterizado como atenuantes específicos del contaminante, sino que además han determinado su eficiencia debido a la capacidad para transformar el herbicida en minerales, lo que implica su completa eliminación sin dejar residuos. 

En el artículo ‘Combined use of microbial consortia isolated from different agriculturalsoils and cyclodextrin as a bioremediation technique for herbicide contaminated soils’publicado en la revista Chemosphere, los investigadores describen la técnica de biorrecuperación aplicada a través de diferentes ensayos, empleando consorcios bacterianos degradadores y  ciclodextrina, una sustancia que se obtiene a partir del almidón. Los organismos vivos utilizaron el diurón como alimento, transformándolo en dióxido de carbono, agua y sales minerales. 

Mientras que el herbicida se elimina a razón del 0,34% en aguas y el 13% en suelos de manera natural, la nueva técnica ha conseguido una reducción de más del 65% y 42%, respectivamente, al ser inoculados con los consorcios microbianos aislados en el laboratorio junto a la ciclodextrina. Estos resultados confirman la viabilidad para su aplicación a terrenos que suponen un potencial peligro para el medio ambiente. “El problema del diurón no se presenta únicamente por la carga tóxica presente en el suelo, sino porque es una vía de contaminación por la lluvia y la escorrentía que lo filtran y liberan a las aguas subterráneas, incluyéndolo en el ciclo hidrológico”, explica a la Fundación Descubre el investigador del IRNAS Jaime Villaverde, autor del artículo.