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Dos miradas al liderazgo

De www.womanessentia.com

Después de mucho tiempo acompañando personas en su desarrollo personal y profesional, en 2miradas hemos descifrado una de las claves esenciales para la felicidad: la necesidad de liderar nuestras vidas.

¿Qué quiero yo? Vivir en armonía.

¿Qué quiero yo? Tomar las mejores decisiones según yo elija.

¿Qué quiero yo? Disfrutar de cada momento del día.

¿Qué quiero yo? Actuar con sabiduría.

¿Qué quiero yo? Liderar mi vida.

Existen muchas vías para desarrollar el liderazgo personal y queremos explicarlo como nosotras lo entendemos, desde dos perspectivas:

Desde la mirada externa.

Para desarrollar el liderazgo hemos de tener en cuenta:

Valoración del futuro. Tener un horizonte, saber mirar más allá de uno mismo, tener ideales, esperanzas, plantear posibilidades, soñar… Es importante para las personas tener un sentido de vida, conocer nuestro para qué de lo que hagamos, saber hacia dónde y cómo queremos dirigirnos allí. Todo líder ha de saber dónde quiere ir y qué quiere en su vida.

Objetivos a corto, medio y largo plazo.
Dicen los estudios sobre neurociencia que las personas más felices son las que van marcándose objetivos y los van cumpliendo. Cada objetivo cumplido nos inspira el siguiente, nos motiva, nos ilusiona, nos permite creer en nuestras posibilidades y en que los sueños se pueden hacer realidad, alimenta nuestra autoestima. Planteémonos objetivos realizables, ambiciosos, lo más específicos que podamos para conseguirlos en un plazo de tiempo determinado, que podamos medir de algún modo el avance y que, sobre todo, sean ecológicos para nosotros y para nuestro entorno, es decir, que no nos hagamos daño ni hagamos daño a los demás con ellos. ¿Tenemos definidos de forma clara nuestros objetivos de vida? ¿Y nuestros objetivos del año? ¿Y nuestros objetivos diarios?

Tomar nuestras propias decisiones en base a lo que queremos para nosotros y para nuestro entorno.
Muchas veces nos dejamos llevar por lo que otros quieren de nosotros, por exigencias o necesidades no satisfechas de otros, o porque no sabemos a dónde vamos ni qué queremos de verdad. Entonces, para poder liderar nuestra vida, podemos revisar nuestras decisiones y detectar si se basan en lo que queremos y deseamos nosotros, de forma que estén alineadas con nuestros objetivos, o si no lo están. Podemos hacerlo con las decisiones ya tomadas, y también mucho mejor, si tenemos esto en cuenta antes de tomarlas.

Reconocer y cuidar la imagen que proyectamos.
Todo líder tiene seguidores, y seguro que cada uno de nosotros podemos darnos cuenta que también los tenemos. Desde nuestros hijos que nos valoran por todas nuestras capacidades, nuestros amigos que nos aprecian por lo que reciben de nosotros, nuestros compañeros que saben para qué contar con nosotros,… ¡Y nosotros mismos hemos de ser nuestros primeros seguidores! Por tanto, hemos de detectar qué gusta de nosotros a la gente que nos rodea, ponerlo en valor y planteárnoslo como un punto fuerte nuestro a potenciar y explotar. Ya nos reconocen por ello, así que dejemos que todo el mundo lo vea, en todas las áreas de nuestra vida.

Desde la mirada interna:
Valoración del presente.

¿Cómo vivimos nuestro presente? ¿Cuál es nuestra realidad? ¿Qué nos gusta y qué no? El presente nos da un punto de partida sobre el que construir lo que deseamos. Y por otra parte, el presente es cada instante. Vivirlo es necesario y hacerlo con todos nuestros sentidos, con conciencia, nos lleva a disfrutarlo. Para ello podemos aprender a reconocer el buen gusto de nuestro café de la mañana, agradecer los buenos días que nos dan nuestras parejas, vecinos, comerciantes o compañeros de trabajo, disfrutar de nuestro trabajo al que dedicamos la mayor parte de las horas de nuestro día, sentirnos satisfechos con lo que hacemos por nosotros y para los demás.

Reconocernos y aceptarnos.
Todos tenemos una historia. Cada uno la suya. Hemos tenido Dos miradas 5una infancia dentro de una situación personal y familiar, hemos crecido en un entorno determinado, hemos ido ganando habilidades y dotándonos de experiencias, hemos establecido relaciones con personas, y también vamos contando con recursos, algunos para defendernos de heridas y otros para dar lo mejor de nosotros mismos. Todo esto y mucho más somos nosotros.

Dos miradas al liderazgoPor eso, es importante la aceptación desde el cariño hacia nosotros mismos, con compasión y reconocimiento.
Hemos de poner en valor que en cada momento hemos tomado decisiones lo mejor que sabíamos. Y que hoy somos las personas que somos por todo lo que hemos vivido. Si hemos llegado hasta aquí, es porque somos muy valiosos y valientes. “El liderazgo comienza por la autoestima”. Comencemos a querernos un poco más y a valorar de lo que somos capaces.

Aprendizaje.
Todo líder avanza en su vida desde la mejora continua. Para desarrollar este hábito hemos de revisar nuestros errores y fracasos, modificar lo que no salió como nos hubiera gustado y descubrir qué nos falta para conseguir lo que deseamos de una forma más satisfactoria. También nos miraremos para averiguar con qué podemos contar que no hemos puesto en juego hasta ahora y qué tenemos a nuestro alcance en el entorno (personas, contactos, materiales, recursos…)e incluso en nosotros mismos (habilidades, actitudes, conocimientos, competencias, capacidades…).

Permitirnos parar.
El ritmo en el que estamos inmersos, sobre todo en las grandes ciudades nos deja poco tiempo para parar. Por este motivo surgieron las corrientes SLOW o FLOW, en las que la clave está en tomar distancia de los quehaceres y permitirnos un momento para tomar perspectiva, reflexionar, desconectar, soltar estrés, recuperarnos y mirarnos a nosotros mismos.

Esto es esencial para mantener nuestro equilibrio y nuestra armonía y seguir disfrutando de todo y con todos.
Un péndulo cuando está en los extremos está en una situación forzada. Recuperar su equilibrio le permite afrontar los vaivenes con menor resistencia. Desde la serenidad es más fácil relativizar, ser más objetivos, más productivos y eficientes y también, nos permite relacionarnos mejor. Como líderes de nuestra vida, cuidemos nuestro bienestar.

Dos miradas al liderazgoLa coherencia entre las dos miradas, es decir, estar alineados y poner nuestros recursos y capacidades a trabajar en favor de nuestros sueños, nos lleva a conseguir el éxito en nuestra vida en todas sus facetas. Cuanta más coherencia con nosotros mismos, mas coherencia podremos mostrar hacia los demás y nuestro auto-liderazgo llevará a un mejor liderazgo de los demás. Cuando esto suceda, hemos de recordar la importancia de celebrar, porque ahí sentiremos la felicidad.

Raquel Bonsfills García