El presidente del Consejo General de Economistas de España (CGE), Valentín Pich, ha presentado hoy el informe del Observatorio Financiero y Claves económicas correspondientes al primer cuatrimestre de 2022, elaborado por la Comisión Financiera y el Servicio de Estudios de dicho Consejo General, en un acto que ha contado con la participación del presidente de la Comisión Financiera del Consejo General de Economistas, Antonio Pedraza, los coordinadores del Observatorio Financiero, Montserrat Casanovas y Salustiano Velo, y el director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín.
El presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, ha explicado que el informe del Observatorio Financiero incluirá a partir de ahora un nuevo apartado titulado “CLAVES ECONÓMICAS” –que se presenta hoy por primera vez– en el que desde el Servicio de Estudios del CGE se identifican y analizan aquellos aspectos que han tenido una mayor relevancia e incidencia en la economía española durante el cuatrimestre anterior, explorando algunas vías que ayuden a comprender los asuntos que se abordan y que puedan coadyuvar en la mejora de las perspectivas económicas de nuestro país.
En este sentido, Pich ha manifestado que “la situación de incertidumbre que estamos viviendo por los acontecimientos geopolíticos, con la guerra de Ucrania, los problemas de oferta ocasionados por la cadenas de suministros, los brotes del COVID… hacen que tengamos que hacer un seguimiento continuo y profundo de la situación inflacionista de la economía y sus consecuencias para el país”. Para el presidente de los economistas, “aunque el crecimiento previsto para España para este año sea superior al de la media de países de la zona euro, no podemos olvidar que aún nos queda por recuperar un 3,4% del PIB que hemos perdido durante la pandemia y que es probable que no lo hagamos hasta finales del año que viene, mientras que algunos países como Francia y Holanda ya lo han hecho, y otros, como Alemania o Italia, están en vías de hacerlo durante este ejercicio”.
Durante la presentación del Observatorio Financiero, Antonio Pedraza, quien ha hecho un resumen del informe, ha manifestado que “la situación es preocupante; el déficit estructural que tenemos del 4% hace necesario un control eficiente del gasto, que actualmente crece por encima del PIB. Esto contrasta con las medidas adoptadas esta semana en relación a la oferta de empleo público. Sin embargo, se echan de menos incentivos al sector privado, que en muchos casos, sobre todos las pymes, se han visto muy afectadas por el incremento del coste de la energía y también por el aumento de salarios –como consecuencia de incremento de salario mínimo interprofesional– y se han visto obligadas a trasladar esos incrementos a sus precios”. “Ya veníamos avisando del peligro de que se desencadenase una espiral inflacionista, a la vista de la evolución de la inflación subyacente, afectando al consumo y a la inversión”, ha señalado Pedraza.
En relación a la política monetaria del BCE, la coordinadora del Observatorio, Montserrat Casanovas, ha indicado que “el BCE ya ha anunciado el cambio en la política monetaria, primero con el fin de las compras de activos en junio de 2022 y con subidas de los tipos de interés, hasta poner los tipos en positivo a final del tercer trimestre. Ya se empieza a visualizar los efectos de estos cambios, con el incremento del coste de financiación y el impacto en los mercados financieros, especialmente en los de renta fija. Los tipos de interés de la facilidad de depósito está previsto que se modifiquen inicialmente del – 0,50% actual al -0,25% y en una segunda fase al 0%. El objetivo del BCE es que no se produzca una cronificación preocupante de la inflación y se mantenga entorno al 2% – 3% a largo plazo, a día de hoy muy lejano dado que en abril se ha situado en el 7,4%”.
A tenor de las previsiones contenidas en el Observatorio, el también coordinador del mismo, Salustiano Velo, ha manifestado que “esperamos que en el segundo y tercer trimestre la reactivación del turismo sirva de empuje a la economía y se dinamicen determinados sectores, que hasta ahora han estado aletargados. Sin embargo, las incertidumbres geopolíticas y sanitarias nos hacen mantener una estimación prudente. Aunque en los primeros meses del año parece que no ha aumentado el riesgo de insolvencias, el Banco de España sí ha avisado de que la ralentización en la recuperación de la actividad económica puede ocasionar riesgo en la calidad crediticia de los sectores más vulnerables, tanto en hogares como en empresas.”
El director del Servicio de Estudios del CGE, Salvador Marín, ha resaltado que “es un hecho que las expectativas que nos trasladaban los índices adelantados son peores para la situación futura que la presente. Como conclusión general, se podría colegir que el comportamiento del conjunto de índices adelantados que hemos marcado como más relevantes para este período (PMI –manufacturero y compuesto–, Índice de confianza del consumidor –nacional y europeo–, Balty Dry Index, TTF o VIX, entre otros) nos presentan un peor panorama a futuro, en parte influenciado por algunas de las claves que nos han marcado el cuatrimestre, concretamente los efectos colaterales de la invasión Rusa, la inflación generalizada –y especialmente intensa en España– , así como la no concreción de las necesarias reformas e impulsos claves para nuestra economía, como son el pacto de rentas, la ejecución de los fondos europeos, los efectos reales de la reforma del empleo o la nueva política monetaria”. Para Marín, “la tendencia de recuperación se ha visto interrumpida de manera más severa sobre las expectativas fundamentales del mercado, con el consiguiente efecto rebote sobre los denominados índices retrospectivos (PIB, deuda, etc.) resaltados en los puntos anteriores”. “Esta situación descrita debe mantenernos en alerta, pues como también se pone de manifiesto a través del World Competitiveness Index, ya veníamos de una desaceleración en nuestra competitividad. Concretamente, España habría perdido tres posiciones en 2021 con respecto a 2020, de la 36 a la 39 de 64 economías”, ha señalado.
INDICADORES ECONÓMICOS
La Comisión Europea ha puesto de manifiesto la ralentización del crecimiento, revisando a la baja las previsiones para 2022, tanto para la zona euro como para el conjunto de la UE hasta el 2,7%. En el caso de España, ha rebajado la previsión de crecimiento hasta 4%.
El PIB español se ha incrementado en el primer trimestre, según los datos adelantados por el INE, un 0,3%, 6,4% en tasa interanual.
La tasa de variación anual del IPC del mes de abril se ha situado en el 8,3%, y la inflación subyacente en el 4,4%. El IPC de la eurozona se ha situado en el 7,4%.
En el primer trimestre, se refleja la recuperación del empleo, creciendo el empleo equivalente a tiempo completo un 5,3% en tasa interanual. La tasa de paro, según la EPA, bajó dos décimas hasta el 13,2%. La cifra de afiliados a la Seguridad Social ha creciendo el 5,2% interanual en abril.
La deuda pública, según el avance de datos del Banco de España, a 31 de marzo, se situó en el 117,7%.
El déficit estructural se sitúa en el 4%, lo que aporta vulnerabilidad a nuestra economía.