El Sistema Nacional de Salud (SNS) ha registrado un ahorro en el gasto farmacéutico de 5.658 millones de euros desde la puesta en marcha de la reforma sanitaria, en julio de 2012. En 2015, el gasto farmacéutico público a través de receta ascendió a 9.534,5 millones de euros, lo que supone que se consolida la tendencia a la estabilidad, con un ligero incremento del 1,86% en relación al año anterior, y alrededor de 1.600 millones menos que en el ejercicio anterior a 2012. Así lo reflejan los datos sobre gasto a través de receta oficial remitidos a la Dirección General de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad por las Comunidades Autónomas. En cuanto al número de recetas facturadas, en 2015 fue de 882,04 millones. En relación a 2014, la cifra prácticamente se mantiene, con un aumento de sólo el 1,55%.Además, también se ha mantenido el gasto medio por receta, situándose en 2015 en 10,81 euros, un 0,31% más que el año anterior. Se trata de una tendencia también vinculada con la reforma sanitaria, que ha continuado con las medidas de contención del gasto y fomento del uso racional de los medicamentos incorporando en 2015 la actualización de los nuevos conjuntos y precios de referencia, así como de las agrupaciones homogéneas de medicamentos, entre otros. En este sentido, el balance en el consumo de medicamentos genéricos revela que España, se acerca a la media europea, con un porcentaje de consumo en envases del 48,80% en el período enero-agosto 2015, frente al 34,16% de 2011. En cuanto al último mes registrado, diciembre de 2015, la factura farmacéutica de las Comunidades Autónomas se ha mantenido con un aumento del 1,61%, mientras que el número de recetas tiene una pequeña variación respecto al mismo mes del año anterior, un 0,70% de aumento. El gasto medio por receta, por su parte, se mantiene estable por debajo de los 11 euros: 10,89 en diciembre. Las medidas de farmacia incluidas en la Reforma Sanitaria incorporaron, por primera vez, criterios de equidad, pues aporta más el que más tiene y salvaguarda a los que menos tienen, como los parados de larga duración y sus familiares beneficiarios (alrededor de un millón de personas), que por primera vez están exentos de pagar por las medicinas.