Burgueses, bohemios, pintores de éxito en España y Europa y principales representantes del modernismo. Ramón Casas (1866-1932) y Santiago Rusiñol (1861-1931) protagonizan la próxima exposición temporal del Museo Carmen Thyssen Málaga, Casas – Rusiñol.
Dos visiones modernistas, que se abrirá al público el próximo 14 de noviembre. Una muestra que albergará la obra de dos de los grandes artistas españoles de finales del siglo XIX, renovadores del panorama pictórico de su tiempo e introductores de la modernidad que conduciría a la vanguardia en el XX. Esta será la primera muestra conjunta de ambos pintores después de su fallecimiento.
Ramón Casas y Santiago Rusiñol tuvieron orígenes comunes, una vida cosmopolita y una amistad duradera en el tiempo que compartieron hasta el final de sus días. Sus predilecciones estéticas y sus temáticas fueron distintas, pero durante un periodo breve de su vida trabajaron juntos de forma intensa. «Sus vivencias parisinas de juventud le hicieron conocer una idea de bohemia y modernidad que trasladaron a sus obras y a su forma de entender el arte», explica la directora artística del Museo, Lourdes Moreno.
Santiago Rusiñol nació en 1861 en el entorno de una familia burguesa propietaria de una fábrica de hilados; cinco años más tarde nacería Ramón Casas, en un ambiente similar. Hijos de familias de posición económica desahogada, ambos descartaron trabajar en las empresas familiares. Con más dificultades de aceptación familiar para dedicarse a la pintura, Rusiñol comenzó su aprendizaje junto al pintor Tomás Moragas. Casas, que había sido un mal estudiante, fue apoyado por sus padres, quizá con un sentido pragmático, y pudo viajar a París en 1881 y matricularse en el estudio de Carolus Duran a la edad de quince años.
En 1891 los dos pintores están en París, vivirán años de bohemia y aprendizaje. La pintura será su nexo de unión, junto a vivencias que contribuirán a enriquecer el trabajo de cada uno de ellos. Ramón Casas y Santiago Rusiñol incorporaron una nueva faceta a su trabajo de pintor. Ambos fueron activos dinamizadores de la actividad cultural, no sólo de la Barcelona de su tiempo, una ciudad en crecimiento, sino también de otras zonas que visitaron llevando sus ideas de modernidad.