Hace un par de temporadas, la logomanía invadía pasarelas y calles. Si el motivo de ese repentino boom fue la necesidad de aparentar o no, ya es otra historia, lo que está claro es que se fue tan rápido como llegó y las grandes firmas pasaron de estampar sus logos en prendas y accesorios (a cada cual más grande), a dejar de hacerlo por completo.
Muchos afirmaban que esta era la forma que tenían las grandes marcas de reivindicar que son más que un logo o que un nombre, y que este no es necesario para diferenciarlas. Ahora se podría decir que la logomanía vuelve de nuevo, pero no como se esperaba.
Una de las prendas que más éxito ha tenido durante estos últimos meses, y que se agotó incluso antes de que empezara el otoño, es el poncho de Burberry. Ha sido una de las prendas más llevadas por celebrities como Olivia Palermo o Sarah Jessica Parker, y una de las más anheladas por el resto de la población. Sin embargo, lo que hizo que esta prenda fuera tan deseada desde el momento en el que apareció en la pasarela otoño/invierno 2014 de Burberry está lejos de ser el nombre de la marca; se trata nada más y nada menos de que son prendas personalizables. Que las modelos desfilaran por la pasarela con los ponchos personalizados con sus iniciales hizo que estos se convirtieran en la prenda fetiche de la temporada.
Pero Burberry no ha sido la única causante del regreso de la logomanía, otras firmas, como es el caso de Rag&Bone, mostraron en sus desfiles sudaderas y camisas con el nombre de la modelo que las llevaba puestas.
Pero no son únicamente personalizables los productos de lujo, sino que en la actualidad se está produciendo lo que muchos denominan “personalización masiva”, sin embargo, no es lo mismo poseer un producto personalizado de una marca más mainstream a un producto personalizado de una marca de lujo. En este último caso, se trata de una exclusividad más real, el saber que no hay un producto igual ya que, además de la exclusividad que supone que sea de lujo, contiene algo que ninguno de los otros productos tiene, bien las iniciales o el nombre de su dueño, o cualquier otro elemento que este le haya querido añadir, es decir, no hay un producto igual ni posibilidad de que lo haya.
Por supuesto, el que una pieza se pueda personalizar hace que su precio sea mayor, sin embargo cada vez son más los que adquieren este tipo de prendas. Las opiniones son diversas con respecto a los motivos por los que tanta gente busca productos personalizables. Unos afirman que es por la exclusividad y estatus que dan estos productos, otros opinan que dan un toque de clase, y otros, como es el caso de Jean-Marc Colanesi, experto en marketing, opinan que el boom de estos productos se debe a que estamos en una búsqueda continua de la diferenciación, y que estos productos nos permiten mostrar quienes somos.
Nerea Maroto