El director corporativo de Territorio y Centros de la Fundación “la Caixa”, Rafael Chueca; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el director Territorial de CaixaBank en Andalucía Oriental, Juan Ignacio Zafra; y el asesor del proyecto, Marcel Gorgori, han presentado hoy Symphony, un viaje virtual al corazón de la música clásica.
Por primera vez, el espectador podrá situarse en medio de una orquesta sinfónica en esta experiencia inmersiva puntera a partir de tecnología de realidad virtual, que tras su estreno el pasado mes de septiembre en CosmoCaixa (Barcelona), llega a Málaga en el marco de una gira que recorrerá un centenar de ciudades de España y Portugal durante diez años.
El punto de partida del proyecto, en el que se ha estado trabajando durante más de cuatro años, era hablar del poder emocional de la música desde una vertiente divulgativa. La Fundación ”la Caixa” apostó desde el primer momento por la realidad virtual como la mejor forma de explicar esta historia. La tecnología más puntera ha facilitado lo que de otro modo no sería posible: sentarse junto a los violines en una gran orquesta sinfónica mientras interpretan Beethoven. La voluntad es poder seducir a todo tipo de público, también a aquellos que ya son conocedores de la música clásica.
Symphony está formado por dos unidades móviles que se despliegan y se convierten en dos salas de cien metros cuadrados cada una. En la primera de ellas se puede ver una película panorámica que introduce al espectador en este viaje y le guía solo a partir de sonidos. La segunda unidad está dedicada a vivir la experiencia de realidad virtual.
Cuando el espectador se coloque las gafas, verá cómo, de repente, su entorno ha cambiado. Ahora se encuentra en el Gran Teatro del Liceo, sentado en una silla y el maestro Gustavo Dudamel, alma de la Fundación Gustavo Dudamel, le da la bienvenida. A continuación, se verá rodeado de los músicos de una orquesta sinfónica, todos guardando silencio, esperando a la indicación del director, que dará enérgicamente la entrada de la Quinta sinfonía de Ludwig Van Beethoven. Las famosísimas cuatro notas que inician esta sinfonía marcan el comienzo de la experiencia.
El espectador verá a los músicos distribuidos por el escenario en su forma habitual, por familias de cuerdas, viento, metal, percusión, y los sentirá muy cerca de una forma real, así como vivirá de lleno la energía y la mirada del director, situado justo delante de él. Este experimento musical le permitirá girar la cabeza de lado a lado y arriba y abajo para adquirir nuevas vistas y perspectivas de una orquesta sinfónica y sus instrumentistas.
Este proyecto itinerante ideado e impulsado por la Fundación ”la Caixa”, en colaboración con el Ayuntamiento de Málaga, ofrece la oportunidad de entender, a través de la imagen y de la música, cómo, desde la simplicidad de un trozo de madera o de la rudeza de un pedazo de metal, se construye un universo tan sofisticado y bello como el de una orquesta sinfónica. De este modo, Symphony deconstruye la orquesta para mostrar la simplicidad, lo que contrasta con el arco infinito de recursos que ofrece a los compositores para expresar ideas y emociones. La vivencia ofrece al usuario una escucha emocionalmente activa: gracias a los cambios de posición de la cámara 360º dentro de la orquesta, el espectador escuchará y sentirá la música de una forma nueva y sorprendente y experimentará las diferentes familias de instrumentos.
Experiencia inmersiva en dos tiempos
Esta experiencia inmersiva tiene una duración aproximada de cuarenta minutos, repartida en dos tiempos. Comienza con la proyección de una película panorámica y sigue con un salto a la realidad virtual que permite un visionado en 360 grados de la Mahler Chamber Orchestra, dirigida por Dudamel, y grabada en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona.
La propuesta transcurre en dos unidades desplegables, de cien metros cuadrados cada una: el primer espacio está dedicado a la proyección de un filme en pantalla grande (12 minutos) y el segundo está destinado a la película de realidad virtual (12 minutos). En el primer ámbito se ofrecerá un preámbulo sonoro y visual de la vivencia virtual. Se trata de una película sin palabras en la que el sonido y la música conducen la historia. Su finalidad es generar una oportunidad para tomar conciencia de los paisajes sonoros que nos rodean a diario y en cualquier lugar.
Tres jóvenes músicos de diferentes partes del mundo protagonizan esta proyección inicial, rodada en Colombia, Nueva York y la costa mediterránea. A través del retrato de los sonidos y de las músicas propias de los lugares donde viven, podremos entender cómo cada uno de ellos está conectado con los sonidos y la música de su entorno. Mediante este mosaico de contrastes, el espectador descubrirá cómo estos sonidos aleatorios, gracias al ingenio del ser humano, se convierten en música conectando así diversas culturas.
Una vez visto este primer audiovisual, los espectadores accederán a la experiencia musical de realidad inmersiva a través de los dispositivos de realidad virtual. Tras escuchar la Quinta sinfonía de Beethoven y de ver en primera ver desde primera fila a Gustavo Dudamel, la vivencia se trasladará a otro espacio: el taller de un lutier. Allí, el público podrá escuchar el sonido de la madera mientras es esculpida por las manos del artesano constructor de los instrumentos de cuerda, antes de introducirse dentro del violín en el que trabaja y, posteriormente, en el interior de una trompeta.
Haciendo hincapié en el poder emocional de la música, el espectador aparecerá acompañado de la melodía del inicio de la Primera sinfonía de Gustav Mahler, rodeado de un entorno íntimo y especial, para finalizar este viaje, de nuevo con la orquesta, que ahora mientras interpreta el jovial Mambo de West Side Story, de Leonard Bernstein.
Más de 250 personas involucradas en el proyecto
La idea original del proyecto surgió hace cuatro años del Departamento de Música de la Fundación ”la Caixa”, que encargó su dirección artística al músico y creativo Igor Cortadellas. Él llevó a cabo la elaboración del guion y una búsqueda de la tecnología adecuada. La dirección musical recayó en el director de orquesta Gustavo Dudamel, que se encargó de validar y redondear este proyecto tan ambicioso. A partir de entonces se convocó un concurso para desarrollar la parte técnica, que ganó la empresa barcelonesa de postproducción y generadora de efectos visuales y animación digital Glassworks.
Una vez esta compañía se incorporó al proyecto, eligió el estudio Visualise, con sede en Londres, para completar la ejecución de trabajos relacionados con la realidad virtual, gracias a su experiencia en el sector. Ambas compañías, bajo la dirección de Igor Cortadellas y su equipo IgorStudio, supervisaron la planificación de la producción y crearon herramientas para mejorar la preproducción y la producción del proceso. Uno de los principales desafíos con los que se encontró fue el de decidir dónde colocar la cámara de 360 grados a la hora de realizar la grabación. Para encontrar la vista más natural y realista para un espectador dentro de la orquesta, crearon una herramienta en 3D a través de un software para ver de antemano en qué parte del teatro se podía posicionar la cámara, y saber qué vería.
La filmación final tuvo lugar en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en agosto de 2019 a través de un prototipo de cámara Meta One creada para la ocasión, que permitió grabar escenas con poca luz y con un rango dinámico mayor que cualquier otra cámara de 360 grados existente, fruto de su ligereza y menor tamaño en comparación con el resto. Ello permitió una grabación más cercana e íntima de la orquesta.
La grabación de sonido para Symphony se realizó utilizando la última tecnología. Se usó el audio en red con el fin de utilizar las longitud
es de cableado al mínimo. Un solo cable transportó un total de 84 canales de audio a 96 kHz y 24 bits. La configuración del micrófono en sí utilizó técnicas de grabación en 3D de última generación. Todos los grupos instrumentales fueron meticulosamente grabados con una mezcla de micrófonos digitales de alta calidad, y también de tipo analógico para recrear todos los matices de la orquesta y generar una experiencia 360º, que acompaña la mirada del espectador.
En total, más de 250 personas han trabajado y colaborado para hacer realidad este proyecto. De estas, un centenar de personas en el ámbito artístico; desde el lutier David Bagué, y bajo la batuta de Gustavo Dudamel, a los 60 extraordinarios mentores de la Mahler Chamber Orchestra y 41 jóvenes artistas de la Fundación Gustavo Dudamel, representando a ciudadanos de 22 países en 5 continentes (procedentes de Estados Unidos, Hong Kong, Japón, España, Noruega, Venezuela, Colombia, Corea, Suecia, Francia y Argentina) dan vida a obras maestras del repertorio clásico, mientras amplían el acceso de la juventud a la música y las artes, ofreciéndoles herramientas y oportunidades para forjar sus futuros creativos.