La tarde del miércoles 15 de septiembre tuvo lugar, en el salón de actos de la Casa de la Cultura de Arroyo de la Miel, y ante un numeroso público, la presentación del libro de José Manuel Portero, “Nazis en la Costa del Sol”.
El acto se inició con unas palabras del teniente de Alcalde y concejal de Cultura, Pablo Centella, que al ser el primer evento de la Casa de la Cultura en esta temporada de otoño, quiso dar la bienvenida a los presentes y anunciar que de ahora en adelante “la Casa de la Cultura va a tener mucha actividad en cuanto a la presentación de libros”.
Centella indicó que, dentro de la política cultural del Ayuntamiento, tiene un papel importante el fomento de la lectura y fundamentalmente el apoyo a los escritores locales.
La presentación del escritor corrió a cargo del historiador de Arte, Francisco Jurado, que puso en valor la trayectoria del autor en otras obras ya publicadas, sobre todo de novela negra, con su ya famoso inspector Lino Ortega. Alabó la valentía de abordar una obra de un profundo calado histórico en un tema espinoso como es todo aquello que está relacionado con el mundo de los nazis, y más en un momento en que contó con el beneplácito de la dictadura de Franco. Reconoció el gran trabajo de búsqueda de información de documentos dificultado por la escasez de los mismos y las trabas encontradas en algunos organismos oficiales.
El autor fue explicando desde cómo surgió el interés por acometer el trabajo de este ensayo, motivado sobre todo por las denuncias interpuestas por Violeta Friedmann, superviviente del campo de exterminio nazi de Auschwitz, contra Leon Degrelle; hasta comentar detalles de algunos de los personajes relevantes de los muchos que aparecen a lo largo de la obra.
Quiso resaltar que parte del interés surgió al comprobar el desconocimiento general que existe entre la población, en general, sobre este tema. Haciendo memoria sobre su pasado educativo, hay que recordar que fue director del IES Poetas Andaluces, contó al público asistente alguna anécdota educativa para poner de relieve ese desconocimiento de la historia, y como esa falta de conocimiento nos puede llevar a tomar derroteros en la vida que posiblemente nos alejen de nuestro proyecto vital sin que seamos conscientes de ello.
Insistió en cómo la población en general no conocía la proximidad en la que vivían estos personajes que van apareciendo en el libro, algo que ha corroborado cuando algunos lectores, cuando lo han conocido a través del libro, se han puesto en contacto con él para decirle que ellos si conocían lugares en los que vivían o se reunían algunas de estas personas, o ciertas actividades que llevaban a cabo, pero que estas personas eran tomadas como unos turistas más de los empezaban a llegar a España.
Otro aspecto que quedó patente es la protección que les brindo el régimen para poder vivir en España, haciendo caso omiso a las continuas reclamaciones que recibía de las autoridades u juzgados europeos, para que fueran extraditados y tuvieran que asumir sus responsabilidades por los múltiples casos de delitos de crímenes de guerra, de negación del holocausto o exaltación del nazismo o de sus figuras relevantes. Siendo además beneficiados por la administración en todas las empresas en las que participaron, entre otros motivos porque en muchos de los casos siempre existía la figura de una autoridad española que también se beneficiaba, bien por ser socio directo, bien por figura interpuesta.
Algunos de los asistentes formularon algunas preguntas al autor. Entre ellas, le interpelaron que, aunque había pasado tiempo y estos personajes ya habían desaparecido podían existir familiares o seguidores, había sentido algún tipo de miedo antes de publicar el libro. El autor respondió con una afirmación publicada por Elie Wiesel, a cuyo padre torturaron en un campo de exterminio antes de llevarlo a la cámara de gas sin que él, siendo testigo, moviera un solo dedo, temiendo por su propia vida:
“La memoria puede ser nuestra única respuesta, nuestra única esperanza. Hemos aprendido que el silencio no es nunca la respuesta”. De ahí surge su actitud para haber escrito la obra y darla a conocer.
El acto acabó con la firma de ejemplares por parte del autor.