La fotografía, al igual que la pintura, es un arte. Sin embargo, dentro del mundo de la moda, el eterno debate se centra precisamente en eso, en si la moda puede ser considerada un arte o no, pero nunca se ha alcanzado un consenso.
Vogue se ha encargado de hacer una exposición en la cual muestra la relación entre fotografía de moda y pintura, acercando el concepto de moda a la clasificación de arte y el resultado no ha dejado a nadie indiferente.
La colección cuenta con más de 60 imágenes, realizadas por los grandes nombres de la fotografía, que además poseen características de la pintura (recursos utilizados por los pintores como la teatralidad de los escenarios, los claroscuros, los esquemas compositivos, las poses, el attrezzo,…). Debido a que todas estas fotografías han sido extraídas de los archivos de Vogue, la exposición nos permite presenciar la evolución que ha ido experimentando la fotografía de moda y, por lo tanto, la moda en sí. Pero la exposición goza al mismo tiempo de una cierta atemporalidad, fruto de la armonía de la muestra, que está organizada en torno a los tres grandes géneros: el retrato, el paisaje y los interiores.
Si algo se puede aprender con esta exposición es que la fotografía de moda, al contrario de lo que muchos piensan, no es solo enseñar ropa, y así lo demuestran retratos como el de Jake Love por Tom Walker (2014) y Gemma por Paolo Roversi (Nueva York, 2004), en la cual se ve en primer plano el rostro natural y el pelo cardado de la modelo, y solo podemos intuir lo que lleva debido al trocito de tela de encaje azul que aparece sobre su hombro; o aquellas imágenes en las que el rostro es el centro de atención, como es el caso de Stella por Paolo Roversi (París, 1999)
La historia y la evolución de esta a través de la moda se vuelven evidentes en diversos puntos de la colección. Por un lado, con los “conversation pieces” (retratos de grupos británicos del siglo XVIII), como con Vestidos de Charles James en French & Company por William Klein. Y por otro lado, con el eterno juego de la moda de traer al presente épocas pasadas, como hace David Sims con “Versalles” (fotografiado en 2007), cuya estética es similar a la de algunos de los cuadros que se conservan del s. XVIII, la mayor parte de la imagen se encuentra en tonos blancos, incluido el vestido y pelo de la modelo, y el único toque de color se encuentra en sus mejillas, muy marcadas con colorete rojizo. También encontramos imágenes que evocan diferentes periodos de la historia del arte, algunos de ellos haciendo referencia a obras maestras, como por ejemplo La Joven de la Perla por Erwin Blumenfeld (1945), colocando elementos que recuerdan a algunos de los artistas más importantes – como Zurbarán, Dalí o Hogarth – o mostrando otro arte, como es la danza, más concretamente el ballet, redescubriendo así la importancia de la moda también en él, con la fotografía de Tim Walker, “Patrick Wolf y los cisnes”.
Sin embargo, algunas de las mejores imágenes sean aquellas que muestran la presencia de la moda en escenas que podrían encontrarse en la vida cotidiana de cualquier persona y su importancia en todas ellas, y las imágenes en las que, aunque la moda no es el principal centro de atención o no lo es de una forma clara, se enseña que esta forma parte de la realidad y la belleza del mundo, como es el caso de Olga por Paolo Roversi (1994) o Amber & Shalom por Nick Knight (1995).
Para los que son escépticos con respecto a la fotografía de moda será una grata sorpresa encontrar imágenes que podrían haber pertenecido a cualquier otra exposición sobre fotografía debido a su gran nivel artístico, como es el caso de algunas imágenes de Erwin Blumenfeld y de Edward Steichen.
Coco Chanel decía que la moda no se encuentra solo en los vestidos, sino que es algo que está en el cielo, en la calle, en las ideas, en la forma en la que vivimos, en lo que está pasando, y esta exposición es la demostración gráfica de ello. Se trata de una oda a la moda, destaca su importancia, no solo en el arte, sino también en la vida en sí misma, y ante todo su presencia constante en diversos ámbitos y miremos donde miremos y, probablemente, hará que aquellos que se oponen a la clasificación de la moda como arte se replanteen su posición.
Nerea Maroto